La juventud eterna es el sueño de siempre del hombre, y la ciencia va tras ello. Descubre los ultimos intentos de la ciencia por lograr que el envejecimiento sea cosa del ayer.
Los esfuerzos por la eterna juventud
Juan Belmonte, profesor del Instituto Salk de San Diego, está trabajando en una técnica experimental que parece revertir los efectos de la vejez, aunque de momento sólo en ratones. En sus experimentos, los animales son criados para que tengan una condición en la que envejecen prematuramente. A pocos días de la muerte, los ratones reciben su "elixir" y pronto empiezan a parecer más jóvenes: más activos, con órganos más sanos, pelaje más grueso y menos arrugas. Pero hay una trampa: La técnica de Belmonte implica la eliminación de etiquetas moleculares clave en el ADN de las células de los ratones. Esta técnica, conocida como reprogramación epigenética, es como si las células volvieran a la configuración de fábrica, lo que inevitablemente tiene enormes complicaciones si se realiza en todo el organismo. Como resultado, muchos de los sujetos de prueba de Belmonte, aunque parecían rejuvenecidos al principio, desarrollaron rápidamente tumores y murieron.
Encontrar un equilibrio entre las terapias con efecto antienvejecimiento y las que provocan tumores ha resultado precario. El trabajo de Belmonte puede estar en una fase temprana, pero es sólo uno de los muchos científicos que ven el envejecimiento como un proceso molecular en nuestras células que pronto podría ajustarse, detenerse o invertirse.
Un fallo gradual de los complejos sistemas de mantenimiento celular es lo que hace que las células y los tejidos se desgasten y dejen de funcionar a medida que envejecemos, y muchos grupos de investigación afirman haber encontrado el "interruptor" genético que puede restablecer estos problemas.
"El envejecimiento celular se debe, en mi opinión, al estrés celular acumulado a lo largo de la vida", afirma la doctora Lorna Harries, profesora de genética molecular de la Facultad de Medicina de Exeter. "Hay 'puntos de control maestro' que regulan la respuesta al estrés molecular a los que se podría apuntar". Harries y su equipo descubrieron recientemente dos genes mitocondriales que, cuando se inactivan, parecen revertir varios signos de envejecimiento en células humanas cultivadas en un laboratorio. "Así que, en cierto sentido, eso podría verse como un 'interruptor', pero las consecuencias de cambiar ese interruptor son muy complicadas y todavía las estamos resolviendo. Nada en biología es sencillo".
La idea de detener o revertir el envejecimiento es realmente radical: para empezar, tendría unas implicaciones enormes y aterradoras para la población mundial. Sin embargo, la mayoría de los investigadores que trabajan en este campo tienen un objetivo más sencillo: no mantenernos jóvenes para siempre, sino conservar la salud de las personas durante más tiempo mientras envejecemos. Más que un "elixir de la juventud", es probable que las primeras terapias reviertan el envejecimiento en tejidos específicos, como las articulaciones o la retina.